Ingredientes
- 1 base de bizcocho genovés
Para la crema
- 4 huevos
- 100 g de azúcar
- 80 g de leche y un poquito más para hidratar la gelatina
- 3 hojas de gelatina neutra
- 50 g de whisky
- Unos cubitos de hielo para enfriar el vaso antes de montar la nata
- 500 g de nata para montar
- 50 g de azúcar glas
- 1 pizca de sal
Para el almíbar del bizcocho:
- 100 g de azúcar
- 250 g de agua
- 30 g de whisky
Para la cobertura
- 2 yemas
- 1 huevo entero
- 150 g de agua
- 150 g de azúcar
- 50 g de whisky
- 2 hojas de gelatina
- Un poco de agua fría para hidratar la gelatina
- Azúcar moreno para espolvorear y luego quemar
Preparación
Hacemos el bizcocho genovés siguiendo los pasos que podéis ver en esta receta. Con esa cantidad os saldrán dos bases, utilizad una para esta tarta y la otra, bien envuelta en papel film, podéis conservarla en el congelador para la próxima vez que hagáis una tarta. Yo he puesto la mitad de la masa en un molde desmoldable que me servirá para hacer toda la tarta de whisky. El resto (que he congelado), en otro molde.
Mientras tenemos el bizcocho en el horno podemos ir preparando el almíbar. Ponemos los ingredientes del almíbar en el vaso (agua, azúcar y whisky) y programamos 10 minutos, 100º, velocidad 2. Cuando acabe el tiempo programado lo sacamos del vaso y lo reservamos.
Dejamos enfriar, tanto el bizcocho como el almíbar. Cuando esté frío preparamos la crema.
En un plato con un poco de leche fría ponemos las hojas de gelatina neutra para que se vaya hidratando.
Ahora, con la mariposa en el vaso, ponemos la leche (80g), las yemas y los 100 g de azúcar. Programamos 5 minutos, 90º, velocidad 3 1/2. Añadimos la gelatina bien escurrida y programamos 15 segundos, velocidad 2. Incorporamos el whisky y volvemos a programar, esta vez 6 segundos, velocidad 2. Sacamos del vaso y dejamos enfriar.
Cuando la mezcla anterior se haya enfriado un poco, en el vaso limpio y sin mariposa, trituramos unos cubitos de hielo para que esté bien frío, tiramos el agua y secamos el vaso. Empezamos a montar la nata. Ponemos la mariposa en las cuchillas, ponemos la nata y la montamos en velocidad 3 1/2 hasta que veáis que está bien montada (unos 3 minutos). Ponemos la nata en un recipiente grande y la mezclamos con 50 g de azúcar glas. Reservamos en la nevera.
Lavamos y secamos bien el vaso y la mariposa porque vamos a montar las claras. Ponemos la mariposa en el vaso, las 4 claras y una pizca de sal. Las montamos durante unos minutos en velocidad 3 1/2. Sacamos a otro bol y reservamos.
Ahora es el momento de mezclar el preparado inicial -ya frío- (yemas, leche, azúcar y whisky) con la nata y las claras. Para ello vamos incorporando todo al bol de la nata y mezclamos ayudándonos de la espátula con movimientos envolventes, hasta que todo quede integrado. Reservamos en la nevera.
Ya con todo listo vamos a montar la tarta.
Yo he utilizado el mismo molde en el que horneé la mitad de bizcocho genovés pero si habéis hecho una plancha con el bizcocho podéis cortarlo teniendo en cuenta vuestro molde desmoldable y colocarlo dentro, e incluso utilizar un aro grande de los que se utilizan para las tartas.
El bizcocho, que estará dentro del molde, lo bañamos con el almíbar. Ahora ponemos encima nuestra mezcla y metemos todo al frigorífico donde estará unas 4 horas.
Pasado ese tiempo hacemos la cobertura de la tarta.
Ponemos la gelatina en agua fría para que se hidrate. Colocamos la mariposa en las cuchillas y los ingredientes de la cobertura -excepto la gelatina que tenemos en agua-. Programamos 5 minutos, 90º, velocidad 3 1/2. Añadimos la gelatina bien escurrida y mezclamos unos segundos en velocidad 3. Dejamos templar esta preparación y se la ponemos por encima a nuestra tarta. Metemos de nuevo nuestra tarta a la nevera. Pasada 1 hora la sacamos, espolvoreamos azúcar moreno y la quemamos con un soplete.
Metemos nuestra tarta al congelador donde estará un mínimo de 12 horas.
Aproximadamente una hora antes de servir sacamos nuestra tarta del congelador y esperamos unos minutos para poder desmoldarla. Una vez desmoldada la metemos en la nevera.
Si no os la coméis toda podéis partirla en porciones y congelarla de nuevo -si ponéis entre cada porción un trocito de papel de horno en cualquier momento podréis disfrutar de una porción de vuestra deliciosa tarta de whisky casera-.
Fuente – La cocina de Auro
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